
Desde el preciso momento en el que se nos aloja en una de nuestras piezas dentales (generalmente en la zona delimitada entre B2 y B4) se vuelve una parte indispensable de nuestra persona. El Pity, mejor conocido como “perejil a la vista” o “tenés un garbanzo en la paleta”, llama la atención de cualquier acompañante y pasa a ser automáticamente el objeto de la atención del otro. Por esto, es de insoslayable importancia aprender a leer los signos del interlocutor y enseguida percibir que nuestros dientes son observados de una manera invadida y poco ortodoxa.
Los tips: En caso de ser poseído por un Pity y notarlo, no debemos intentar ocultarlo. Todo lo contrario, es menester que blandamos con orgullo la lechuga que pende en nuestra dentadura e intentar, de este modo, incomodar a aquel que se ría de nuestra inmerecida fortuna. Avergonzarce del Pity en la boca es algo que no debemos. Cómo dice en la Gospel Mateo 25;12, “Antes de juzgar el Pity de otros, busca el Pity en tu propia boca”
Por las dudas también te recomienda esto